Rampas durísimas
Aunque no psimos pié a tierra, Manolo no aguantó, la espalda le jugó mala pasada y esas rampas duras y largas le hicieron poner pié a tierra. ¿La sorpresa? Quedaba otro puerto que creíamos que era menos duro, jejejeje, sube-baja y largo que aún nos agotó más.