Salimos de Can Carreres con dirección a Albanyà. Visitamos brevemente la plaza de la iglesia y cogemos una pista forestal de subida, cuyos tramos finales
tienen rampas fuertes y con mucha humedad, con lo que patinamos bastante. Cuesta mantenerse sobre la bici, aunque algunos lo consiguen. Arriba esperamos a
Manolo y seguimos por la bajada hacia Sadernes. Aquí hallamos una Ermita y una masía muy antigua, Hostal de Sadernes, donde tenemos la suerte de tomarnos
unas cervezas con frutos secos. Tomamos unas fotos al puente sobre el río Llierca y continuamos la ruta. Abandonamos el camino para comernos unos macarrones en
Castellfollit de la Roca, en un bar en la carretera, desde donde disfrutamos de una magnífica vista del pueblo sobre la roca que le da nombre.
Desde aquí volvemos a la ruta original donde tenemos un camino asfaltado rompepiernas hasta Sant Pau de Seguries, un continuo sube-baja con rampas
cercanas y superiores al 16%, que junto al calor y a la espera de Manolo, se nos ha hecho interminable.
En Sant Pau tomamos algo fresco y seguimos hacia Campodron.
Paralelamente al camino que tomamos, tenemos la calzada romana, nos quedamos bastante desencantados de no tomarla, pero las ganas de llegar nos jugaron una mala pasada.
Se hace necesario un replanteamiento sobre la parada a mediodía a comer, ya que perdemos mucho tiempo y además, después de comer la calor es muy fuerte y
el costo físico se dispara.
Hoy también hemos llegado más tarde de lo esperado. Si tenemos que hacer colada... Aunque hemos visitado Campodron y tomado unas fotos en el puente
románico sobre el río Ter. El pueblo es bellísimo. Nos hemos alojado en el hotel Can Ganansi.
Pensamos que ha sido flojo.