Aquí dejamos atrás los pirineos catalanes y en cuanto cruzamos el río, entramos en Huesca, Aragón.
Pendientes muy fuertes y pistas con piedras suelts muy malas. Nos equivocamos en San Martín, donde cogimos agua en una casa rural. El bocadillo de mediodía nos lo comimos en un bosque camino de Gabás, justo al lado de la carretera asfaltada. En ésta última población vemos de nuevo a los dos compañeros de Barcelona (el francés, minusválido y el asturiano). Desde Gabás hay un descenso por pistas llenas de piedras sueltas hasta llegar a Seira, donde está la carretera nacional que lleva a Castejón de Sos. Después de once kilómetros de bajada, junto al río, hasta una pequeña presa, nos desvíamos hacia Senz (4km) y Viu(8km). En Senz, a la salida mejor dicho, hay una fuente de agua y una iglesia románica muy singular. El agua nos viene de perilla. Estabamos a cero.
En Casa Miguel y Consuelo de Viu se nos acogió magníficamente. Nos volvemos a encontrar con Alfredo, Quique i Cristóbal (els tres aragonesos). Hemos cenado todos juntos, con un buen vino de Somontano con que nos ha obsequiado la seña Consuelo. TAmbién hemos probado un pacharán casero. El lugar perfecto y el precio barato.